domingo, 16 de enero de 2011

EN RUTA


No se cuantos amaneceres o atardeceres habré visto a lo largo de estos años de ruta, la mayoría desde el cristal del coche, con música de fondo y con un cosquilleo en el estomago ocasionado por los nervios. Hay dos clases de nervios," los de antes de" y "los de después de". Me explico. Cuando planeas a veces con horas de antelación, un viaje para participar en un concurso de pintura rápida, te aseguro que en mí caso la noche antes casi no duermo por la excitación del viaje. Te levantas siempre habiendo dormido pocas horas tanto si el camino es corto como si es largo, siempre que emprendo el viaje , me siento igual que cuando de pequeña salíamos mis hermanos y yo con mis padres, antes de amanecer, para ir a la playa, es la misma sensación de alegría y curiosidad. Cuando ya hemos planificado la ruta en el navegador ( que siempre termina haciendo una de las suyas ) mi marido y yo nunca nos aclaramos en lo de la ruta más corta o más rápida, lo que es seguro que siempre marcamos la que no es. Entonces con la "tranquilidad" del destino señalado alguno de los dos siempre comenta ¡ ea, ya estamos en el coche otra vez!. Por el camino vas imaginando como será el pueblo al que te diriges, si nos acogerán bien, qué compañeros veremos, donde se pintará... después de parar un par de veces para desayunar o estirar las piernas, llegamos a nuestro destino ( como suele decir el navegador). Y es justo cuando comienza la aventura... lugar del sellado, compañeros por doquier con los lienzos de aquí para allá, saludos y besos, besos y saludos, pinto aquí, no mejor allí, que vista más bonita, desde allí mejor... bártulos de un sitio para otro, y por fin la "calma" .Los caballetes con lienzos se confunden con el paisaje, cada pintor con su particular técnica y encuadre.
Unas horas de ajetreo, tapeo,risas, espera, más risas, fallo del jurado... y otra vez en el coche con otro destino marcado en tu navegador y a empezar de nuevo.

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