viernes, 14 de octubre de 2016

FELICIDADES CONCHI!!!

Bueno hoy le toca el turno a mi Marietta, mi niña a la que tanto echo de menos!!. Me cuesta acostumbrarme a verte como lo que realmente eres, una mujer, ya independiente y todo!.
Al pensar en ti, la imagen que me viene es de la rubilla revoltosa que no paraba quieta ni un segundo, pensando siempre en la siguiente travesura, con la nacirilla siempre arrugada, despeinada, con la cara roja de tanto juego, cargada de bártulos que movías constantemente de un lado a otro, curioseando todo lo que te rodeaba, jamás pudimos esconder los regalos de reyes sin que tú los encontrases antes jaja.
Ningún reto era inalcanzable para ti, nada se resistía a tu insaciable curiosidad, moretones no te faltaban en el intento de ir siempre un paso por delante, allanando el terreno a las primas más pequeñas, que como bebés pato, iban detrás de ti. Mejor maestra no pudieron tener!!.
Echo de menos vuestros bailes, ensayados hasta la saciedad, de coreografías dispares, con el que amenizar a las visitas, que no se porqué no volvían jaja.
La abuela intentando descubrir en vosotras la próxima estrella de la copla, hizo que las primeras palabras “entendibles” de sus nietas fuese la canción, María de la O.
El abuelo perdiendo los nervios con su poderoso vozarrón, al ver volar de mano en mano de prima mayor a primar menor o al revés, su preciado tesoro, la cámara de vídeo, testigo de las numerosas obras de teatro, en las que vosotras eráis, guionistas, directoras y protagonistas.
No faltaron secciones de peluquería,maquillaje, pase de modas, con los tacones de la abuela que terminaban todos torcidos, eso si, el bolso enorme colgado del brazo, siempre, siempre siempre.
La abuela “Edida” sufridora nata, augurando caídas, en el eterno caos, que cada tarde, de todos los días, meses y años se formaba en casa de los abuelos, las maravillosas horas, en la que todos los primos compartían travesuras, cuyo final acababa siempre en pelea a diestro y siniestro. Entonces los padres de las criaturas, a la vez hijos y nietos, intentábamos poner orden en semejante desorden.
El momento de la despedida de cada oveja con su pareja, era estresante, los prim@s se arrebujaban, aparecían y desaparecían a velocidad de vértigo, la hora de abandonar la “gran casa” se eternizaba,
y la calma parecía no llegar.
Ahora han pasado ya algunos años, los prim@s andan algo desperdigados intentando cada cual encontrar su camino en esta lucha diaria que es la vida, todas tenéis en común las raíces del un maravilloso árbol, qué por no remontarme más atrás lo ubicaremos en el jardín de nuestra gran casa, en la que hemos crecido, jugado, reído y llorado, pero sobre todo amado, todos y cada uno de los miembros de esta nuestra grande y bella familia!.


Con todo mi amor para mi “Ingeniera trianera”

miércoles, 12 de octubre de 2016

DISPARA, YO YA ESTOY MUERTO

Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando.
A finales del siglo XIX, durante la última etapa zarista, los Zucker, perseguidos por su condición de judíos, tienen que abandonar Rusia huyendo del horror y la sinrazón. A su llegada a la Tierra Prometida, Samuel Zucker adquiere las tierras de los Ziad, una familia árabe encabezada por Ahmed. Entre él y Samuel nace un fuerte vínculo, una sólida amistad que, por encima de las diferencias religiosas y políticas, se mantiene generación tras generación.
Con las amenazas, la sed de venganza y muchas pasiones desatadas como telón de fondo, las vidas entrecruzadas de los Zucker y los Ziad conforman un mosaico de traiciones y sufrimientos, de amores posibles e imposibles, al tiempo que plasman la gran aventura de vivir y convivir en un territorio marcado por la intolerancia.
Intensa y conmovedora crónica de dos sagas familiares, esta novela de Julia Navarro nos adentra en las vidas de personas con nombres y apellidos, que luchan por alcanzar sus sueños y que son responsables de su propio destino.