jueves, 24 de enero de 2013

A MI PADRE CON AMOR







Hola papá, de ahora en adelante cada vez que te escriba por un motivo u otro, quiero que sea una conversación de las que nos quedó pendiente, aprovecho que el tiempo si no borra al menos suaviza los malos momentos y el fatídico día  queda ya muy lejos, ahora tengo la suerte de recordarte como en realidad eras, pasaron los angustiosos momentos en los que el pensar en ti era muy doloroso no podía recordar tu sonrisa ni tu cara  antes de... poco a poco la «normalidad» ha vuelto a mi mente, a mis sueños...
Una vez mantuvimos los dos una charla sobre el tema, estábamos todos muy tristes por la perdida de un familiar muy especial, recuerdo que el tópico de mientras haya alguien que recuerde a la persona que falta  estará entre nosotros, nos alivió la pena,  nos prometimos hablar de ella como si estuviese aun aquí , con alegría, sin dolor y así lo hacíamos, contando historias divertidas que nos recordaban los buenos momentos vividos a su lado, en parte estábamos más preparados para esa perdida (por su edad  ) que para la tuya solo unos años después.
El fatídico día llegó como un mazazo que ninguno esperábamos, nos dejo aturdidos y con un dolor tan grande que solo una persona que haya pasado por lo mismo podría entender.
Ahora unos años más tarde, no quiero recordar cuantos, no me interesa sumar años al dolor y si al feliz acontecimiento que fue que nacieras un día de febrero, que crecieras con unos valores como los que solo tú tenías y los que trato de transmitir a los que me rodean, quiero sumar años a la vivencias que compartí contigo papá, decirte que nunca hubo mejor padre para mis hermanos y yo, ni mejor abuelo, hijo, marido o amigo, de sobra sé que todos te recordamos a diario.
Tu calendario se paró un día quedando montones de números sin tachar, sin anotaciones que recuerden donde ir o que hacer, puedes estar seguro que para tu familia siempre, siempre, habrá un día muy especial que nunca hará falta señalar, un día en el que te recordamos y recordaremos con amor, alegría, algo de nostalgia también,  ya sólo habrá cabida para buenos momentos, que los hubo sí y muchos, muchos, muchísimos.
De sobra sé que  lo que tú deseabas más que nada era vernos felices, eso te bastaba, por eso  de ahora en adelante los relatos sobre ti  serán tan alegres y especiales como lo era tu  persona. Empiezo una nueva etapa en la que al dirigirme a ti, papá, lo haré como cuando estabas a mi lado y no parábamos de hablar y reír, quiero dejar constancia de tu paso por este mundo, de la huella que has dejado en cada uno de nosotros de la montaña de amor que puñado a puñado nos regalabas día a día.
Gracias papá por nacer un día de febrero, por cuidarnos y mimarnos tanto, por llenar de felicidad y amor nuestras vidas y como te he dicho y te diré mil veces y las que hagan falta, por ser el mejor padre que se pueda tener. GRACIAS!!

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