Bueno hoy le toca el turno a mi
Marietta, mi niña a la que tanto echo de menos!!. Me cuesta
acostumbrarme a verte como lo que realmente eres, una mujer, ya
independiente y todo!.
Al pensar en ti, la imagen que me viene
es de la rubilla revoltosa que no paraba quieta ni un segundo,
pensando siempre en la siguiente travesura, con la nacirilla siempre
arrugada, despeinada, con la cara roja de tanto juego, cargada de
bártulos que movías constantemente de un lado a otro, curioseando
todo lo que te rodeaba, jamás pudimos esconder los regalos de reyes
sin que tú los encontrases antes jaja.
Ningún reto era inalcanzable para ti,
nada se resistía a tu insaciable curiosidad, moretones no te
faltaban en el intento de ir siempre un paso por delante, allanando
el terreno a las primas más pequeñas, que como bebés pato, iban
detrás de ti. Mejor maestra no pudieron tener!!.
Echo de menos vuestros bailes,
ensayados hasta la saciedad, de coreografías dispares, con el que
amenizar a las visitas, que no se porqué no volvían jaja.
La abuela intentando descubrir en
vosotras la próxima estrella de la copla, hizo que las primeras
palabras “entendibles” de sus nietas fuese la canción, María de
la O.
El abuelo perdiendo los nervios con su
poderoso vozarrón, al ver volar de mano en mano de prima mayor a
primar menor o al revés, su preciado tesoro, la cámara de vídeo,
testigo de las numerosas obras de teatro, en las que vosotras eráis,
guionistas, directoras y protagonistas.
No faltaron secciones de
peluquería,maquillaje, pase de modas, con los tacones de la abuela
que terminaban todos torcidos, eso si, el bolso enorme colgado del
brazo, siempre, siempre siempre.
La abuela “Edida” sufridora nata,
augurando caídas, en el eterno caos, que cada tarde, de todos los
días, meses y años se formaba en casa de los abuelos, las
maravillosas horas, en la que todos los primos compartían
travesuras, cuyo final acababa siempre en pelea a diestro y
siniestro. Entonces los padres de las criaturas, a la vez hijos y
nietos, intentábamos poner orden en semejante desorden.
El momento de la despedida de cada
oveja con su pareja, era estresante, los prim@s
se arrebujaban, aparecían y desaparecían a velocidad de vértigo,
la hora de abandonar la “gran casa” se eternizaba,
y la calma parecía no llegar.
Ahora han pasado ya algunos años, los
prim@s andan algo desperdigados intentando cada cual encontrar su
camino en esta lucha diaria que es la vida, todas tenéis en común
las raíces del un maravilloso árbol, qué por no remontarme más
atrás lo ubicaremos en el jardín de nuestra gran casa, en la que
hemos crecido, jugado, reído y llorado, pero sobre todo amado, todos
y cada uno de los miembros de esta nuestra grande y bella familia!.
Con todo mi amor para mi “Ingeniera
trianera”