Voy a intentar escribir aunque sea un
mini relato cumpleañero, esta vez para mi Conchi.
Ella llegó a lo grande, tal día como
hoy, de hace ya algunos años, y digo a lo grande, porque fue la
primera niña para ambas familias, en las que los primeros nietos,
sobrinos o primos, fueron todos varones. Se coló en nuestras vidas,
toda de rosa, con diadema incluida, ( anda que no tenían ganas las
abuelas tejedoras) descolocando a los primos que esperaban ansiosos
otro más para sumar travesuras, pero bueno ya se encargaría ella de
dejar el pabellón bien alto. Nos enamoró nada más entrar por las
puertas de casa, aún veo su carita, “juliana pura” observando ya
todo a su alrededor y marcando el terreno a los primos.
Siempre digo que fue y es una luchadora
nata, nada ni nadie le hace flaquear en el intento. La recuerdo
siempre activa, de un sitio para otro, sin parar de idear travesura
tras travesura y saliendo airosa de cualquier imprevisto. Jamás he
visto un bebé engullir biberones a la velocidad en que lo hacía
ella, ni he oído a continuación semejantes eructos jaja, ahora, llorona y parlanchina a más no poder, que desglosado nos da, parla,
que en valenciano es habla y china porque solo su madre sabía que
decía.
Todo lo que llegaba a su poder era
primero masticado y luego masticado otra vez, fuese lo que fuese y
estuviese donde estuviese, su madre llegó a tener una habilidad en
los dedos para a modo de pinzas, rastrear en la boca, hasta dar con
el objeto de turno.
Todo le interesaba, todo lo exploraba y
por consiguiente todo lo encontraba, cualquier objeto perdido o no
perdido llegaba a sus manos y de rebote a nuestra querida abuela
Edida, (bisabuela de nuestros hijos) la cual tenia la oficina de
objetos perdidos más numerosa del mundo mundial!!.
Tuvo una lista de nombres, para cada
etapa de su niñez y aún me pregunto el por qué, Marieta, Conchín,
Mª Conchi, Conchita... para no responder a ninguno, iba a su bola,
cargada con algo, siempre en modo activo, pocas veces en modo pasivo
jaja, lo mismo que colores de pelo, me encanta su etapa de
pelirroja!! peinada no duraba nada de nada, acababa por arrancar
cualquier adorno colocado en su cabeza, a tirón limpio, cualquier
vestido con cuellos y lazos eran motivo de urticaria y consiguientes
picores, hasta que empezaron a nacer primas y las abuelas tejedoras
se pusieron manos a la obra y nuestra Conchín y compañía empezaron
a lucir sus mejores galas, aunque nos reprochen a las madres, cuando
ven las fotos, semejantes atuendos, estos pasaban de prima mayor a
prima pequeña, por los que las más pequeñas tenían la colección
completa, para deleite de las abuelas. Vamos hasta las bolsas para la
merienda del cole estaban hechas de crochet, jaja seguro que te
acuerdas, las teníais de todos los colores, la abuela Edida era
imparable, si te digo un secreto las de mi Lucy aún las conservo, y
casi todos los vestidos y rebecas, me da pena tirarlos, además a
alguna de mis nietas o sobrinas nietas se los pondré para la foto de
turno, y me conformaré con ser la cronista de esta gran familia de
la que tú formas parte y de la que tan orgullosa me siento. Porque
eso sí, hemos tenido la suerte de nacer y crecer en esa gran casa
que aún sigue en pie, testigo de innumerables acontecimientos, donde
todos juntos, día tras día hemos ido sumando vivencia tras
vivencia, espero y deseo que vuestros hijos, la tercera generación
que comparta tan bellos recuerdos como los que mi cabeza guarda como
el mejor de los tesoros, espero seguir teniendo tiempo y lucidez para
seguir escribiendo, por si el paso de esta vida de tantas prisas y
ajetreos se le ocurriera borrar sin guardar.
Felicidades mi reina te deseo todo lo
mejor del mundo, un beso enorme de tu tita!!!